"Lo que todavía nos falta a las mujeres aprender es que nadie te da poder. Simplemente lo tienes que tomar tú", Roseanne Barr.
Ya sabéis que en Maminat no somos muy afines a las celebraciones de días que son meros productos comerciales y que consideramos que no tienen demasiado fundamento y que tampoco van con nuestra filosofía o con nuestra forma de pensar y actuar. Sin embargo, el Día de la Mujer Trabajadora que se celebra el 8 de marzo nos parece una fecha importante. Una jornada en la que se reivindica la igualdad real entre hombres y mujeres. No es una fecha para celebrar nada porque, aunque hemos mejorado muchísimo, todavía queda mucho para que podamos alcanzar un equilibrio entre los dos sexos pero sí es una fecha para recordar a la mujer, ver los avances que hemos tenido, observar y reflexionar sobre las dificultades de este sexo en muchos países y proponer mejoras. Sin embargo, ¿ solo debemos hacer esto una vez al año?, ¿ solo nos deben recordar los informativos que existe una brecha salarial el 8 de marzo?
Nos parecía que no, que esto era algo hipócrita. Por ello, vamos a dedicar estas semanas a hacer nuestra propia campaña de la Mujer trabajadora. Queremos acercarte aquellas cosas, curiosidades que probablemente no sabías acerca de la mujer o que si las sabías, las puedes recordar.
Nuestro objetivo no es en ningún caso el de alzarnos y expresar un "Viva las mujeres. Ellos no han hecho nada". Nuestro objetivo es el de demostrar que tanto hombres como mujeres debemos ser tratados por igual aunque tengamos entre sí algunas diferencias. Por cuestiones históricas, nosotras hemos sido las olvidadas o las oprimidas y vamos tomando nuestro lugar aunque sea poco a poco.
Al fin y al cabo, la historia de Maminat es una historia femenina, la historia de una chica que se acerca al mundo de las plantas tras sufrir un problema en su piel y que toma su lugar, su poder, a pesar de que he escuchado cientos de veces que estaba loca por querer emprender y crear una marca de cosmética natural y ecológica con toda la competencia que hay, con todo un mundo estable y afianzado que ya tenía. Al fin y al cabo, todas y cada una de nosotras somos unas diosas y tenemos una fuerza y un poder que debemos saber ver. Pero, ¿ no os resulta complicado?
Por qué se celebra el Día de la mujer trabajadora
Porque la Asamblea General de la ONU declaró en 1975 el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Se decidió que fuera ese día porque el 8 de marzo de 1857, un grupo de mujeres neoyorkinas que trabajaban en una empresa textil decidieron manifestarse por una mejora de sus condiciones laborales y de sus derechos. Por contarlo de una manera resumida... Si pensamos en el siglo XIX, hay una palabra que nos suele resonar y es la industrialización. En aquella época, la mujer se va incorporando a fábricas de producción, muchas de ellas se dedicaban al textil. Eran fábricas que contaban con muchas más mujeres que hombres pero la mujer hacía largas jornadas laborales, de más de 12 horas y, era muy habitual que tuvieran unos salarios muy pobres. Así, las trabajadoras de aquella fábrica de Nueva York, hartas de sufrir explotación laboral, se movilizaron y salieron a la calle para reivindicar sus derechos.
Quizás fue la primera vez que la mujer tomaba las riendas y decidía ser la protagonista de una movilización o, al menos, la primera movilización que está documentada históricamente. Después de esta fecha, ha habido otras fechas muy importantes y tristes para la historia femenina, para la historia de la humanidad.
La mujer trabajadora adquiría todo el protagonismo en el siglo XX
La mujer trabajadora textil se sublevaba contra la explotación capitalista medio siglo más tarde, en marzo de 1908. Misma situación para recorrer las calles de la ciudad y un grito: ¡ Pan y rosas! Ahora bien, en aquel momento eran 15.000 mujeres las que decidieron manifestarse. Después de leer un poco acerca de aquellos años, hay un hecho aterrador que solo de pensarlo pone los pelos de punta y fue el del incendio de una fábrica de confección de camisas en Nueva York.
Las llamas acabaron con la vida de 123 trabajadoras textiles y 23 hombres. La mayor parte de las víctimas eran jóvenes inmigrantes ( mano de obra más barata, ya os imagináis...). He leído distintas versiones al respecto de lo sucedido y hay algunos flecos que se me quedan sueltos pero, tanto unas historias como otras, coinciden al decir que las mujeres no podían hablar con el propietario, que no tenían ni siquiera permiso para comer, que trabajaban en jornadas larguísimas con poco sueldo y que cerraban, a veces, las puertas de la fábrica con llave para evitar que alguien se llevara alguna cosa. ¡Qué locura!
Durante aquel incendio, ante la imposibilidad de poder salir de la fábrica, muchas de aquellas mujeres murieron calcinadas y otras saltaron desde los pisos octavo, noveno y décimo. Aquel acontecimiento obligó a que se llevaran a cabo cambios en la legislación, en la salud laboral y en las normas de seguridad de las fábricas.
La mujer trabajadora en el siglo XXI
Y depende de dónde nos encontremos, a día de hoy, el reclamo de la mujer es muy distinto. En los países más desarrollados hablamos de una diferencia salarial entre hombres y mujeres pero, ¿ os habéis parado a pensar en aquellos países en los que las mujeres no acceden con facilidad a la educación, en los que no pueden pedir un crédito bancario a no ser que sus maridos las hayan autorizado para ello?
Historias crueles hay muchas y hay que verlas, traerlas a la luz y considerarlas como parte de nuestra historia sin abandonar lo que hemos conseguido, el camino que hemos avanzado y los obstáculos que hemos atravesado.
Gracias a las valientes, luchadoras, las que han creído que es posible y lo han puesto de manifiesto. Sois una inspiración para mí, sois una inspiración para cientos y miles de mujeres.
Así que lo dicho... no celebraremos San Valentín ni el Black Friday pero sí vamos a hacer nuestra particular campaña Mujer Trabajadora. ¿te apuntas a leernos?