El uso de pantallas también afecta a nuestra piel

El uso de pantallas tienen un efecto dañino en nuestra piel - Maminat
El uso de pantallas tienen un efecto dañino en nuestra piel - Maminat Televisión, móvil, tablets, pórtatil... Pasamos más de 8 horas al frente de diversas pantallas, ya sea por trabajo o para consultar nuestras redes sociales. Además de afectar a nuestra cista, el hecho de estar en frente de una pantalla también afecta a nuestra piel, debido a la luz azul que desprenden la mayoría de estas. Al igual que sucede con la luz del sol, la luz emitida por las diferentes pantallas también pueden reportar una serie de daños irreversibles a nuestra piel, sin que apenas lo percibamos.

¿Cómo afecta el uso de pantallas a nuestra piel?

Mucho se habla de los efectos nocivos que tiene el uso de las pantallas en nuestra salud ocular, sin embargo, hay una parte de nuestro cuerpo que sufre en silencio el uso excesivo de las pantallas: nuestra piel. Desde Maminat os advertimos de todos los efectos negativos de la luz azul que desprenden la gran mayoría de dispositivos electrónicos que están presentes en nuestras vidas de manera diaria.

Sequedad en la piel

Al igual que el sol, la luz de los ordenadores también pueden llegar a resecar nuestra piel. Esto provoca que nuestra dermis se envejezca de manera acelerada sin que apenas lo percibamos.

Más arrugas

Además de la sequedad, existe otro factor que favorece a la aparición de arrugas. La expresión de nuestro rostro cuando pasamos horas mirando a una pantalla también puede provocar la proliferación de arrugas, especialmente en nuestro rostro y cuello. La luz azul que suelen emitir dispositivos como el móvil o el ordenador, es muy intensa, lo que hace que de vez en cuando frunzamos los ojos para poder fijar la imagen, contribuyendo a la aparición de arrugas en los ojos y en la frente. Además de las arrugas, el uso excesivo de pantallas tecnológicas también favorece a la flacidez, debido a la postura que adoptamos cuando miramos una pantalla. Para evitar mirar hacia abajo y perder elasticidad es muy importante que utilices la pantalla a la altura de tu rostro.

Alteración del sueño

Como muchos ya sabréis un buen descanso es reparador. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas está relacionado con la alteración o la falta de sueño, algo que provoca que nuestro descanso no sea del todo óptimo. El hecho de no dormir bien puede acelerar la aparición se deshidrata y disminuye nuestra capacidad de síntesis de colágeno.

Aparición de manchas

La luz azul de las pantallas también afecta a nuestra piel. Al contrario de lo que se puede creer en un principio, las personas más afectadas son aquellas que tienen una piel bastante morena, y es tal el efecto de la luz en nuestro rostro que la duración de dichas manchas es mayor que la causada por los rayos UV.

¿Cómo puedo evitar que el uso de pantallas afecte a mi piel?

Como ya habéis podido leer abusar de las pantallas favorece a la deshidratación, haciendo que nuestra piel luzca visiblemente más seca y apagada. Desde Maminat te enumeramos una serie de consejos a a seguir para reducir el efecto de la luz de las pantallas en nuestra piel.
  • Hidrata tu piel. Bebe mucha agua e hidrata tu piel todos los días con una crema adaptada a tu tipo de piel. En Maminat tenemos una gran variedad de cremas hidratantes para diferentes tipos de piel.
  • Evita el uso de pantallas antes de acostarte. Evita ver la tele, consultar tu email o revisar tus redes sociales antes de acostarte y opta por hacer cosas más relajantes como leer un libro o conversar con tu familia.
  • Limita el uso de pantallas. No desperdicies tu tiempo libre mirando a una pantalla y opta por hacer deporte o dar paseos al aire libre para reducir la exposición de tu rostro a las pantallas. ¡Hay un bonito mundo ahí fuera por descubrir!
  • No te olvides de proteger tu piel. Tanto si estás en casa frente a tu ordenador, como si sales al exterior a dar un paseo, debes proteger tu piel con un protector solar. En Maminat disponemos de un protector solar natural de SPF 50, sin el desagradable efecto blanco que suelen dejar otros protectores solares y que nos desaniman a ponerlo para ir a otros lugares que no sea la playa.
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