Aprende con nosotros

VÍSTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA: PARA O TE PARARÁN

"Para obtener un rápido alivio del estrés, prueba a ir más despacio", Lily Tomlin. Actriz y cómica estadounidense

¡ Qué sabio consejo y qué complicado me resulta aplicarme el cuento! ¿ A ti te pasa igual? Ha llegado agosto, es un mes más tranquilo en lo que a trabajo se refiere y, aunque no disfruto este año de vacaciones, bien es cierto que agosto me obliga a bajar el ritmo. Aunque ahora que lo pienso: ¿ me obliga el mes de agosto o me obliga mi cuerpo? Creo que es más bien lo segundo pero pongo de excusa al mes. Esta temporada ha sido bonita pero ha tenido muchos cambios y he de reconocer que he conocido al estrés con todas sus caras, que me he peleado con él y que en ocasiones no he sabido deshacerme de él. Creo que si cumples alguna de estas cosillas que voy a contarte, amigo, bájate del carro y empieza a ordenar tu vida de otra forma.

1. Si somos lo que comemos: di NO a comer delante del ordenador

Por favor, ¡ no os echéis las manos a la cabeza! pero esa soy yo en vivo y en directo. Llegan los pedidos, tenemos que etiquetar productos, hay que hacer fotos... Creo que cualquier excusa es buena para verme sentada delante del ordenador, comiendo en 5 minutos y sin permitirme un descanso. Es curioso. Soy fan de la comida saludable, me encanta cocinar y a la hora de comer engullo como si de una píldora se tratase. Qué poco coherente, ¿ verdad?

Pues he de deciros que he empezado a cambiar este hábito. Y pensando un poco al respecto de ello... y, no como consuelo de mi actitud, fijaos cómo funciona el mundo: en muchos lugares recogen la fruta antes de tiempo para enviarlas en contenedores refrigerados y que así las piezas maduren de manera artificial. Claro que luego el tomate no sabe a nada, el aguacate lo compras verde y al día siguiente está medio podrido. Por otro lado, en las granjas industriales hacen todo lo posible para que los animales engorden lo antes posible con las consecuencias desagradables que tiene esto para nuestra salud... Si lo pensamos, el hecho de que haya gente más estresada que engulle la comida puede provocar que se incrementen los casos de obesidad porque hay una ingesta de azúcar o de grasas saturadas que ocurre sin ser uno consciente del todo debido a las prisas....

Del mismo modo, los sitios de comida rápida van en aumento y los precocinados van que vuelan en las estanterías de los supermercados.

2. Si buscas un antídoto para el estrés: NO mires la hora a todas horas

Os cuento: me voy a la cama, pongo el despertador y calculo desde hace mucho tiempo " bueno, no está mal, hoy voy a dormir 6 horas y 55 minutos". Me despierto y lo primero que hago es mirar el reloj. Lo miro antes de subir la persiana, de lavarme la cara o de desayunar. Mi frase más repetida es la de "no sé si me va a dar tiempo", "tengo prisa"... Y, aunque no puedo decir que ya haya cambiado esto, sí estoy en proceso de hacerlo y lo voy a conseguir.

Y es que.. fijaos. ¿no es cierto que en cualquier trabajo se nos suele pedir que seamos rápidos y eficientes? La verdad es que el capitalismo premia a la velocidad. La empresa que es más rápida en contestar gana clientes en detrimento de aquella que se lo toma con más calma, he visto gente que se molesta si no respondes a su "whatsapp" casi de manera instantánea... Poco a poco, sin darnos cuenta, la velocidad se convierte en una compañera y acaba formando parte de nosotros. Leí este ejemplo en "Elogio de la lentitud" de Carl Honoré y dice así "la primera vez que conducimios por una autopista a 120 km/ hora tenemos la sensación de que corremos mucho. Luego, al cabo de unos minutos, nos parece algo rutinario. Sin entramos en un carril de acceso y frenamos hasta reducir a 50 km/hora, el descenso de la velocidad nos resulta irritantemente lento". Y visto así, lo cierto es que el hábito de la velocidad alimenta la necesidad constante de más rapidez.

Por tanto, quitemos nuestros relojes de las muñecas y dejemos de estar tan controlados por la hora que es y por el tiempo.

3. Desconectar NO es conectarse a las redes

Y aquí llega la joya de la corona para mí "Desconectar". Mira que me gusta la palabra y que poco la practico. Yo a mí misma me digo "voy a desconectar un rato en la montaña". Y, la verdad, me llevo el móvil y si veo la posibilidad de hacer una foto chula la hago. Por tanto, disfruto un poco menos. Y no solo eso. A veces, "ay, voy a hacer una story Instagram de Maminat" Por tanto, estoy trabajando cuando el objetivo principal era el de descansar, airearme o el desconectar.

Lo cierto es que la tecnología nos ha permitido dar muchos pasos hacia delante, ahorrarnos tiempo y esfuerzo pero, a cambio, parece que sea algo habitual estar las 24 horas del día disponibles puesto que ahora podemos trabajar en cualquier lugar y a cualquier hora con un ordenador o un dispositivo delante. De hecho, os voy a dar los datos de este estudio japonés de la la Universidad de Kyushu que descubrieron que aquellas personas que trabajan más horas, estamos hablando ya de 60 horas a la semana, tienen el doble de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco que los que trabajan 40. Dicho riesgo puede llegar a triplicarse en aquellos que duermen, al menos dos días a la semana, menos de 5 horas.

Y la solución creo que empieza por ser consciente de lo que hacemos para, posteriormente, cambiar estas rutinas y, en definitiva, trabajar menos.

4. Y darle rienda suelta al ocio: al ocio lento

¿Verdad que una comida puede ser lenta y gozar de un disfrute máximo?, ¿ que un buen libro al que le dedicamos horas y horas nos parece algo bello? Creo que la clave está en disfrutar del ocio sin necesidad de tener que llenarlo de cosas y de actividades.

Quizás pueda ocurriros algo parecido y quizás el mes de agosto sea el mejor para percatarnos de esto si es que os pasa. Para los que estáis de vacaciones: disfrutad, desconectad. Yo iré mejorando en mi camino de parar el ritmo y que no se me olvide deciros que la velocidad es una de las enemigas de la salud y de la belleza de nuestra piel.

Un abrazo, Natalia

Descubre en qué tiendas físicas estamos

Quiero verlas