Piel sensible, atópica o alérgica, ¿cómo es cada una de ellas?

Piel sensible, atópica o alérgica, ¿cómo es cada una de ellas?

¿Se te enrojece la piel cada vez que aplicas un cosmético? ¿Suele escamarse con facilidad? En ocasiones, las alertas de que padecemos una piel sensible, atópica o alérgica suelen ser muy similares.

Dependiendo del tipo de piel que tengamos hay que tener una rutina diaria diferente. Al igual que no tratamos igual una piel grasa que una piel seca, tampoco deberías aplicar los mismos cuidados para una piel atópica y una piel alérgica.

Generalmente, y según varios estudios, el estilo de vida urbano y occidental favorecen a la generación de pieles sensibles, atópicas y alérgicas. Las duchas largas con agua muy caliente, el uso de geles de baño agresivos, la contaminación ambiental o la calefacción elevada suelen ser los grandes enemigos de nuestra piel.

Desde Maminat hemos elaborado este artículo para que detectes las causas de estos tres tipos de pieles y puedas realizar una rutina diaria adaptada a tus necesidades.

Diferencias entre piel sensible, atópica y alérgica

No se debe tratar igual una piel sensible, atópica o alérgica, por eso desde Maminat te enseñamos cuáles son las principales diferencias entre estos tres tipos de piel.

Piel sensible

La piel sensible afecta sobre todo al rostro y suele conllevar ardor, picor, escozor y sensación de tirantez. Generalmente este tipo de piel está más asociado al fototipo I, es decir, a las pieles claras y con mayor probabilidad de quemarse bajo el sol.

Las personas que tienen este tipo de piel suelen tener estas reacciones adversas cuando se aplican algún producto como puede ser una determinada crema o un champú.

De hecho, el uso de productos cosméticos no adecuados al tipo de piel suele ser uno de los desencadenantes más frecuentes en los cuadros de piel sensible, según ha asegurado el Dr. Salvio Serrano, de la Academia Española De Dermatología y Venereología

El alcohol, propilenglicol, butilenglicol, cocamidopropilbetaína, trietanolamina o la resorcina presentes en muchas de las formulaciones cosméticas pueden ser irritantes para nuestra piel, ocasionando la tan conocida piel sensible.

Desde Maminat te recomendamos utilizar formulaciones sencillas, donde primen los ingredientes naturales, sobre todo cuando son de uso diario como la crema facial o el gel corporal. Además, también es conveniente que no utilices exfoliantes faciales y que optes por champús sin parabenos ni siliconas en caso de tener piel sensible en el cuero cabelludo.

La alimentación, el estrés y el clima también pueden influir en que tengamos la piel sensible, siendo más habitual padecerla si tenemos la piel seca. Evitar beber café y el uso abusivo del aire acondicionado también te ayudará a reducir el picor y la tirantez.

Piel atópica

Al contrario de lo que sucede con la piel sensible, la piel atópica no suele deberse al uso de determinados cosméticos o de los diversos factores ambientales. Este tipo de piel se debe a una enfermedad inflamatoria crónica y suele haber una predisposición genética.

En más de la mitad de los casos suele manifestarse en edades muy tempranas, antes incluso del sexto mes de vida.

Según la Academia Americana de Dermatología, la dermatitis atópica es una reacción de hipersensibilidad mediada por IgE, un tipo de anticuerpo de la sangre que fabrica el sistema inmunitario para proteger el cuerpo de bacterias, virus y alérgenos.

Para restaurar la barrera cutánea y controlar la inflamación se recomienda, sobre todo, hidratar. Para ello se recomienda el uso de cremas elaboradas a base de aceite de oliva, como nuestra crema corporal Terreta.

Piel alérgica

En las pieles alérgicas, por el contrario, está implicado el sistema inmunitario. La piel alérgica se da cuando nuestro organismo se pone en contacto con una sustancia que considera “extraña”, pese a que la mayoría de la gente la acepta sin problema.

Este rechazo hacia una determinada sustancia suele aparecer con el paso del tiempo, algo que nos indica que cualquier sustancia puede ser susceptible de provocar una reacción alérgica.

Generalmente, las personas que tienen una piel alérgica suelen presentar rojez, inflamación, descamación en placas, edemas, fisuras y sensación de picor, quemazón o tirantez.

Dicha alergia puede producirse por motivos ambientales (aparición de polen, hongos…), por el uso de determinados medicamentos, por el contacto directo con determinadas sustancias o incluso por la exposición al sol.

El único medio de evitar las alergias es eludir todo contacto con los alérgenos identificados, por eso es muy importante que antes estos síntomas acudas a un dermatólogo con el fin de identificar las causas.

¿En qué puede ayudarme la cosmética natural y ecológica?

La cosmética natural y ecológica es la mejor opción cuando tenemos la piel sensible, atópica o alérgica, pero también cuando tenemos otras dolencias similares como la dermatitis seborreica, la cuperosis o eccemas.

En Maminat, nuestros productos destacan por la ausencia de tóxicos y su respeto hacia las pieles más delicadas. Las formulaciones sencillas de nuestros productos y la calidad de los ingredientes que utilizamos para crearlos hacen que nuestras cremas, geles y champús sean ideales para tratar este tipo de problemas.

Recuerda que si tu problema es muy específico también contamos con un servicio de cosmética personalizada totalmente adaptada a tus necesidades. Para poder hablar con nosotras tan solo tienes que contactar con nosotras a través de nuestra web y resolveremos tus dudas.

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