No solo importa lo que te pones en la piel, sino también con qué te duchas

No solo importa lo que te pones en la piel, sino también con qué te duchas

Ducharse es, para muchos, un momento de desconexión. Ese instante del día en el que te
relajas, limpias tu piel, y también tu mente. Pero... ¿te has parado a pensar qué contiene el agua con la que te duchas cada mañana?

Aunque no lo veamos, el agua del grifo suele venir acompañada de cal, cloro e incluso metales pesados. Y sí, todo eso entra en contacto directo con tu piel y tu cabello. A la larga, puede provocar sequedad, picores, tirantez o pérdida de brillo y suavidad en el pelo.

Desde Maminat queremos explicarte por qué el agua de la ducha con metales pesados, cloro o cal puede afectar tu piel y tu melena, y por qué utilizar un gel o champú natural y ecológico es tan importante como cuidar la calidad del agua.

El agua y sus “ingredientes escondidos”

Cuando abrimos la ducha, lo que recibimos no es solo “agua”, sino una mezcla que puede contener: cloro y cloraminas usadas para potabilización, metales pesados (como plomo, cobre, níquel) que pueden provenir de tuberías antiguas o redes de suministro., cal, magnesio, calcio que deja residuos en la piel y el cabello y otros contaminantes (como sedimentos, partículas, bacterias)

La exposición repetida a estos elementos puede provocar en la piel: sequedad, irritación, rojeces, pérdida de elasticidad; y en el cabello: frizz, opacidad, rotura, sensación de aspereza.

¿Por qué te contamos esto? Porque por muy buenos que sean tus productos, si el agua con la que te duchas tiene exceso de cal, cloro o metales pesados, sus efectos se ven limitados. Por eso, cuidar el agua es tan importante como cuidar los cosméticos que utilizas.

¿Cómo afecta el ‘agua dura’ a nuestra piel y cabello?

La cal, por ejemplo, deja una fina película sobre la piel que la reseca y hace que las cremas y aceites penetren peor. En el cabello, provoca que pierda brillo, se enrede con facilidad y se vuelva más quebradizo. El cloro, además, oxida y sensibiliza la piel. debilitando el colágeno y las proteínas de la piel y del cabello.

Por otra parte, los metales pesados pueden interferir con la barrera cutánea, favorecer sensibilidad o microinflamación e incluso terminar provocando eccemas, dermatitis atópica o psoriasis. La cal crea residuos, reseca la piel y dificulta que los productos cosméticos actúen correctamente.

¿La solución?: filtrar el agua de la ducha

Una gran mejora en tu rutina es instalar un filtro de calidad como el ShowerPro Diamond de Tappwater. ¿Por qué? Porque este filtro reduce el cloro, la cal y más de 80 contaminantes del agua, ayudando a que tu piel esté más suave y calmada, y tu pelo más brillante y manejable.

Combinar el agua filtrada con una cosmética natural y ecológica como la de Maminat es una forma sencilla, pero poderosa, de cuidarte por dentro y por fuera. Te aseguramos que en el equipo lo utilizamos y hemos percibido muchísimo la diferencia.

La importancia de cuidarte desde la ducha

En Maminat defendemos que el cuidado no empieza cuando te pones la crema, sino mucho antes: desde la ducha

Por eso formulamos geles y champús naturales y ecológicos, sin sulfatos agresivos, sin parabenos y sin siliconas. Productos pensados para limpiar sin alterar el equilibrio de tu piel ni del cuero cabelludo, respetando su ritmo natural.

Nuestros ingredientes, como el aceite de germen de trigo o las almendras dulces, están ahí para nutrir, calmar y reforzar tu piel, no para cubrirla de tóxicos innecesarios. Y si además eliges cuidar el agua que usas, con opciones como el filtro ShowerPro Diamond de Tappwater, estarás dando a tu piel y a tu pelo el entorno que merecen para brillar y ser más saludables

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